Los bonos de carbono, los recursos madereros y las actividades de ecoturismo en estas zonas pueden ser administradas a través de fideicomiso, remarcó.

 

“Un fideicomiso en estas zonas permitirá lograr una administración adecuada y eficiente del patrimonio, y buscar el máximo beneficio de las comunidades que habitan las reservas logrando desarrollar proyectos sostenibles en el tiempo”, indicó.

 

México constituye en Latinoamérica el país que lidera el desarrollo de fideicomisos en este segmento. Un ejemplo de ello es la Riviera Maya, puesta en valor mediante esa herramienta.

 

La Riviera Maya está situada a lo largo del mar Caribe, en el estado de Quintana Roo, con unos 130 kilómetros de longitud.

 

Fue creada como destino turístico en 1999, y desde entonces es junto con Cancún el destino turístico más importante de México. “Este mismo resultado podríamos conseguir en el Perú, tanto en parques y santuarios nacionales, como en zonas de fronteras, lo que impactaría de forma importante en el crecimiento del turismo”, destacó Comitre.

 

El fideicomiso permite acceder a financiamiento útil, sobre todo para viabilizar inversiones en el sector, ya sea para nueva infraestructura o remodelación de la existente, lo que permite ampliar la oferta hotelera en el país, insistió.