Este paradisíaco destino del país vecino cuenta con una parte insular (isla de Santa Catarina) y otra continental, incorporada a la ciudad en 1927 con la construcción del puente colgante Hercilio Luz, el más extenso de Brasil y uno de los más grandes del mundo. De ahí que se haya convertido en la tarjeta postal de la ciudad.

 

Sus playas, bañadas por el Océano Atlántico son unas de las más populares de la región, sobre todo para los aficionados al surf. Por ejemplo, la playa Barra de Lagoa, una colonia de pescadores de aguas tranquilas, ideal para tablistas principiantes. O la playa Joaquina, cuyas olas son ideales para campeonatos de surf.

 

Si está pensando viajar con niños pequeños, le recomendamos visitar la playa de nombre Daniela, el lugar preferido por las familias por sus aguas calmas, ideal para acercar a sus pequeños al mar por primera vez. Otra de las playas que debería visitar es Sambaqui, que posee una bella vista de la costa y del puente Hercilio Luz. Ahí encontrará también bares y restaurantes que ofrecen platos típicos a base de frutos de mar.

 

Ahora, si lo que busca es un balneario que albergue condominios y casas para alquilar durante la temporada alta, le aconsejamos Jureré, una playa ubicada muy cerca del Fuerte San José, otro atractivo turístico que data de 1740.

 

IMPERDIBLES

Además de sus cálidos balnearios, el Mercado Municipal (1898) es uno de los principales sitios turísticos de Florianópolis, tanto por su histórica arquitectura como por su oferta comercial. Ahí encontrará diversas tiendas que venden desde prendas de vestir y artesanías de paja y cerámica, hasta alimentos frescos como pescados y mariscos.

 

 Le aconsejamos darse una vuelta también por Fox 32, un bar muy frecuentado por los conocedores, ubicado en este mercado. Si lo visita, no deje de probar su famoso pastel de gambas, acompañado de salsa de pimienta y de cachaça preparada en casa.