Los dos llegaron a Bogotá hace cinco años para integrar el equipo de cocina del restaurante que el prestigioso chef Rafael Osterling abrió en la Zona G de la capital colombiana. Héctor Hernández Cabezas y César Sinchi Pablo, tras esta experiencia, decidieron iniciar un proyecto con el apoyo de dos empresarios y así nacieron Antara y PCFKo.
Ambos restaurantes, que abrieron sus puertas hace menos de un año, se encuentran en el sector de Usaquén, a unos 20 minutos del centro de la ciudad. Esta zona tiene un gran parecido al distrito limeño de Barranco y es muy visitada por los turistas, dos puntos que Hernández tomó en cuenta antes de traer su sazón a este lugar.
“Para montar el restaurante estuvimos viendo varios lugares, pero quedé encantado con Usaquén, porque es un sitio turístico y, además, todos los colombianos salen a pasear por aquí. Este lugar tiene restaurantes de todo estilo y posee cierto encanto colonial”, afirmó en entrevista con elcomercio.pe.
La carta de Antara, explicó su chef ejecutivo, incluye platos de la cocina criolla y marina de nuestro país: lomo saltado, arroz con pollo, ají de gallina, tres tipos de cebiche, corvina a la chorrillana, entre otros. “Los ingredientes base de los platos son peruanos. Todos los ajíes y rocotos los traemos de allá”.
Uno de los platos que ha sido adaptado para que el comensal colombiano lo disfrute sin problemas fue el cebiche. A uno de los tres tipos que ofrecen en el restaurante, indicó Hernández, se le bajó el nivel de picor. “El paladar de ellos se ha acostumbrado a sabores más fuertes, pero igual no se les sirve la comida con mucho picante”.
LOS POSTRES Y EL LULO SOUR
Las especialidades de Antara, además de los platos de fondo mencionados, son los dulces. El chef pastelero César Sinchi, uno de los socios, señaló que entre los postres que ofrecen están el cheesecake de plátano, tartaleta de mascarpone, tarta trufada de chocolate y el suspiro de maracuyá.
“Acá no son mucho de dulces. Estoy tratando de preparar postres que lleven a nuestros comensales a adoptar esa costumbre”.
En la barra no podían faltar los sour y chilcanos a base de pisco. “Tenemos un sour de lulo, que es un fruta cítrica que se parece a la maracuyá y que su consumo es muy común en Colombia”, dijo Sinchi.
EL BOOM DE NUESTRA COCINA
La dinámica de PCFKo, el otro restaurante de estos cocineros peruanos, es diferente a la de Antara. En este lugar, que está a unos pasos del primero, se ofrecen cebiches, tiraditos, rolls y sánguches. “La idea es que las personas que no tienen mucho tiempo para comer lo hagan aquí. Todo lo que ofrecemos lo servimos en menos de 10 minutos y a precios que van desde los 3 a 10 dólares”, señaló el colombiano Juan Manuel Moreno, gerente de los dos locales.
Para el empresario, la cocina peruana se ha ganado un lugar en su país, tanto así que se animó a decir que “en Bogotá hay más restaurantes peruanos que tradicionales colombianos”.
Hernández y Sinchi también opinan que el llamado boom de la gastronomía peruana se ha instalado en Colombia desde hace un par de años.
“Nuestra comida es la sensación aquí, pero tenemos que ser conscientes de que para mantenernos así hay que trabajar bien. Eso implica utilizar productos peruanos para que realmente nuestro platos tenga el sabor del Perú”, acotó Hernández.